Portada: Macharaviaya sobre 1920. Foto: Bancroft Library OAC California

sábado, 6 de diciembre de 2014

Un médico para Macharaviaya

Entre las carencias tradicionales en la villa de Macharaviaya, se encontraba la falta de médico, agravada por la dificultad del transporte. A mitad del siglo XIX, un grupo de vecinos, caballeros pudientes del municipio, deciden buscar una solución para que los macharatungos puedan ser asistidos de forma permanente: contratar un médico y costear sus servicios, para que atienda gratuitamente a todos los vecinos.

El 10 de marzo de 1849 se formaliza una escritura en la escribanía de Macharaviaya, por la que don Francisco Aponte, don Manuel Cabrera Valderrama, don José Toval Fernández, don Antonio Burgos Ortega, don José Gallardo Postigo, don Francisco Antonio Cabrera, don Miguel Sánchez Ramírez y don Bernardo González Sánchez, "careciendo esta población de facultativo de medicina y cirugía, han dispuesto los otorgantes con beneplácito de la mayoría de los vecinos, buscar y contratar profesor que los asista en sus dolencias", y acuerdan con el doctor don Mariano Barbero, vecino de la ciudad de Córdoba, que se establezca en Macharaviaya desde  el 15 de marzo de 1849 hasta fin de octubre de 1852, "visitando diariamente a todos los enfermos que sean vecinos de esta población y a sus respectivas familias cuando vivan fuera del pueblo"; y también visitará a los enfermos de los partidos rurales de Benajarafe, Santillán y Arroyo Íberos y a los del cortijo o aldea del Bardel; y también a aquellos que los otorgantes propongan en los cascos de los pueblos de Benagalbón y Cajíz. Para lo cual "el profesor se proveerá de bestia" (es decir, una montura). 

Don Mariano Barbero también practicará reconocimientos de cadáveres que se realicen en Macharaviaya; y colaborará con el Ayuntamiento en los reconocimientos a quintas y demás casos de oficio.

En las visitas a enfermos que no residan en Macharaviaya, el doctor podrá cobrar en "las operaciones de partos, enfermedades sifilíticas, consultas y asistencia a heridos".

El médico percibirá de los otorgantes como sueldo: 4.600 reales el 31 de octubre de 1849. Y la misma cantidad el 31 de octubre de los años siguientes.

Fuente:
Archivo Histórico Provincial de Málaga. Notaría de don Bernardo Aponte Sánchez,10/03/1849.

Sir Samuel Luke Fildes, El médico, 1891,

martes, 2 de diciembre de 2014

Los Gálvez y Canarias

Recientemente don Carlos Cólogan Soriano, ingeniero e investigador, ha impartido una conferencia en Málaga, invitado por la Asociación Bernardo de Gálvez. La conferencia ha versado sobre la relación de los Gálvez con Canarias y la amistad con la familia Cólogan, en cuyo archivo familiar se conservan diversas cartas de los Gálvez.

Matías de Gálvez y su hijo Bernardo, posteriormente virreyes de Nueva España, residieron en las Islas Canarias, entre 1757 y 1778. Don Matías fue administrador de la Hacienda La Gorvorana, propiedad de los marqueses de Acialcázar, en el Realejo, Tenerife, y posteriormente administrador de la Aduana del Puerto de la Cruz, y gobernador del Castillo de Paso Alto.

Matías de Gálvez y Gallardo
En Canarias trabó amistad con Juan Cólogan Blanco, nacido en Dublín el 10 de abril de 1710, esposo de Margarita Valois, y cuyo hijo Juan Cologan Valois se crió con Bernardo de Gálvez, Como explican hoy sus descendientes.

Don Juan Cólogan Blanco
Imagen tomada de la magnífica web de la familia Cólogan
Familia Cologan

La amistad fue compartida con Tomás Quilty, también de origen irlandés casado con María Valois en Tenerife en 1737, y cuñado por tanto de Juan Cólogan. Tomás Quilty se estableció posteriormente en Málaga, donde heredó negocios de su tío Mateo Quilty. Y donde sus numerosos hijos estuvieron sin duda en contacto con los descendientes de la familia Gálvez.

De hecho en 1793 Juan Galwey, casado con Margarita Quilty Valois, arrienda una casa en la plaza de la Merced al matrimonio formado por María Rosa de Gálvez (hija de Antonio de Gálvez y sobrina del virrey Matías) y su esposo José de Cabrera.

Las deudas del matrimonio Cabrera-Gálvez y su desastrosa administración hacen que, finalmente, abandonen la vivienda, huyendo literalmente de Málaga acosados por los acreedores. Y en 1797 diversos bienes de la pareja son subastados judicialmente, compareciendo Margarita Quilty, ya viuda, como acreedora.

Lo aquí narrado no es la única relación de María Rosa de Gálvez con Canarias, otra mucho más elevada es la oda que -ya en Madrid, convertida en una aclamada dramaturga y poeta- dedica al Teide. 

Aurora Luque, estudiosa de la obra de María Rosa, especula sobre la posibilidad de que María Rosa hubiera estado en Canarias realmente, o simplemente se documentara concienzudamente como hacía con todas sus obras ambientadas en el extranjero. Y más teniendo en cuenta que durante el siglo XVIII se sucedieron diversas expediciones científicas al Teide. No hay respuesta por el momento, pero dejamos abierta la posibilidad de que, durante los veinte años de estancia de Matías de Gálvez en Canarias, fuera visitado por su hermano Antonio y su sobrina María Rosa.

Reproducimos un fragmento de este Viage al Teyde:
El ayre helado aquí, de intenso frío
los miembros penetrando,
con mortal pasmo enerva y adormece,
y el nublado su basa colocando
sobre los montes, que la nieve eleva,
la atmósfera parece
que terminan unidos,
en ayre, en agua, en yelo confundidos.
Profundo lecho, que el ardiente azufre
abrió en la roca, huyendo despeñado,
el paso deseado
dexó á la intrepidez; por él ansiosa
penetro de la niebla el seno obscuro,
y al través de la nieve hollando fuego,
del horror triunfo, y a la cumbre llego.
Aquí, como en el trono que la tierra
erigió sobre el mundo,
la magestad contemplo
del inmenso Océano,
que en su vasta extension al orbe encierra;
de su seno profundo,
las islas fortunadas
se descuellan de frutos coronadas,
presentando los fértiles lunares,
que la tierra elevó sobre los mares.

Grabado del Teide, siglo XIX
Fuentes:
Página web de la Familia Cólogan. 
CHACÓN JIMÉNEZ, F., Familia y sociedad en el Mediterráneo occidental: siglos XV-XIX, 1987; trata de la familia Quilty.
DE GÁLVEZ, M.R., "Viage al Teyde", en Variedades de Ciencias, Literatura y Artes, Madrid, 1805. Disponible la obra completa en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
A.H.P.M., Escribanía de Francisco María Piñón. Recoge la subasta de bienes de los Cabrera.
CABRERA ORTIZ J.L. y A. LUQUE ORTIZ, El valor de una ilustrada, María Rosa de Gálvez, Málaga, 2005.

jueves, 27 de noviembre de 2014

La descendencia de los Gálvez

No serán afortunados los Gálvez de Macharaviaya con la perpetuación de su saga. 

Blasón de los Gálvez en su panteón familiar,
Macharaviaya
María Josefa de Gálvez y Valenzuela, hija del ministro José de Gálvez, II marquesa de la Sonora y Dama de la Orden de la Reina María Luisa, nació en Madrid en 1776, y murió en la misma ciudad, en 1817, sin dejar descendencia. Su viudo, el conde de Castro Terreño, contrajo un segundo matrimonio.

María Rosa de Gálvez y Ramírez de Velasco, hija adoptiva de Antonio de Gálvez (tenida por su hija natural), nació en Málaga en 1768; casó con su primo José de Cabrera y Ramírez, y tuvieron solo una hija, Mariana de Cabrera y Gálvez, que murió siendo niña. María Rosa, ilustre dramaturga y poeta, falleció en Madrid en 1806.

El virrey Bernardo de Gálvez, I conde de Gálvez, dejó tres hijos de su matrimonio con Felicitas de Saint-Maxent: Miguel, Matilde y Guadalupe de Gálvez y Saint-Maxent, esta última póstuma y de la que parece no existe sucesión. 

Miguel de Gálvez y Saint-Maxent, nacido en 1782, heredó de su padre el condado de Gálvez y fue caballero de la Orden de Calatrava. Cercano al conde de Cabarrús y al sector afrancesado, hubo de huir posteriormente de España. Puso dinero en el exilio en un proyecto para restituir a Carlos IV en el trono que ocupaba su hijo Fernando VII; una conspiración frustrada de la que formaron parte Godoy y el conde de Toreno. Sus bienes en España se vieron incautados. Don Miguel murió soltero en Madrid en 1825.


A la muerte de Miguel, fue III condesa de Gálvez su hermana Matilde de Gálvez y Saint Maxent, que también sucedió en el marquesado de Sonora. Doña Matilde, nacida en Nueva Orleans en 1778 había contraído matrimonio en 1795 con un italiano, Raimundo Capece Minutolo, hijo de los príncipes de Canosa, que servía en Madrid en la Compañía Flamenca de Guardias de Corps y que alcanzaría el grado de mariscal de campo. Cuando residía en España, Matilde participó en el reparto de dos obras de teatro escritas por el duque de Aliaga, representadas en casa del autor. A partir de 1805 se establecen definitivamente en Nápoles, dimitiendo el esposo de su puesto en el ejército español para atender sus intereses en Italia. Murió doña Matilde en 1839 durante un viaje a Málaga, adonde había acudido posiblemente para evitar la subasta de bienes familiares anunciada por un juzgado en el año 1838.

Matilde de Gálvez y Saint-Maxent,
III Marquesa de la Sonora y Condesa de Gálvez
El matrimonio tuvo tres hijas que residieron en Nápoles: Paulina, Adelaida y Clotilde, que usaron en ocasiones el apellido Capece Minutolo dalla Sonora, uniendo uno de los títulos nobiliarios de su madre. Las tres han dejado memoria en Italia por su extraordinaria afición a la música. Clotilde compuso varias piezas musicales, y el notable archivo musical de la familia forma parte hoy de los fondos públicos napolitanos.

Placa que recuerda a Adelaida y Clotilde Capece Minutolo,
en la iglesia de Santa María de Bellavista, en Nápoles,
que ambas edificaron en 1860
Enlace
De las tres, tan solo contrajo matrimonio la mayor, Paulina Capece Minutolo, IV marquesa de la Sonora y condesa de Gálvez, nacida en Viena en 1803. Casó con Francesco del Balzo, hijo del duque de Caprigliano. Y falleció en Nápoles en 1871.

Paulina Capece Minutolo,
IV Marquesa de la Sonora y Condesa de Gálvez
Este matrimonio tuvo a su vez cuatro hijos, de los que solo dos llegaron a edad adulta: Adelaida y Ernesto.

Ernesto del Balzo, duque del Balzo, duque de Caprigliano, V marqués de Sonora y conde de Gálvez, bailio de Honor y Devoción de la Soberana Orden de Malta, nació en Nápoles en 1845. Matrimonió en Florencia en 1868 con lady Dorothy Walpole, hija del cuarto conde de Orford, primo de Horace Walpole, el célebre autor de novela gótica. El matrimonio no tuvo descendencia. Falleció en Nápoles en 1930.

Su hermana, Adelaida del Balzo, nació en Nápoles en 1843. Fue dama de la Reina Margarita de Italia. Contrajo matrimonio con Ignacio Pignatelli, príncipe de Strongli y conde de Melissa. Formaban una pareja muy cultivada pues el marido era literato y traductor. Ya viuda, dedicó toda su energía a la lucha por la educación y la igualdad de las mujeres. Fue fundadora de la facultad de Magisterio y convirtió un antiguo convento en una innovadora escuela laica femenina, con el objetivo de formarlas para competir en paridad de condiciones con los hombres y obtener su plena emancipación intelectual. Con la muerte de la princesa Adelaida, acaecida en Nápoles 1932, desaparece la última descendiente conocida de los célebres Gálvez de Macharaviaya.

Adelaida del Balzo,
Princesa de Strongoli
de iure VI Marquesa de la Sonora y Condesa de Gálvez
El texto básico de esta entrada procede el libro:

CABRERA ORTIZ, J.L. y LUQUE ORTIZ, A., El valor de una ilustrada, María Rosa de Gálvez, Málaga, 2005.

Bibliografía:
DE LA FERRONAY DE CRAVEN, P., Adelaide Capece Minutolo, 1882.
LA PARRA, E., Manuel Godoy, La aventura del poder, Madrid, 2002. 
A.G.M.S., Hoja de servicios de Raimundo Capece Minutolo, Sección 1ª, Legajo C-1142. 
ANDIOC, R., Introducción de su edición de la obra de M.R. de GÁLVEZ La familia a la moda, Salamanca, 2001.
CONTI, C., Nobilissime allieve, Nápoles, 2003. 
BUVIGNY, M. de, Titled of Nobility of Europe, 1914. 
REPARAZ, C. Yo solo, Bernardo de Gálvez y la toma de Panzacola en 1781, Madrid, 1986.

martes, 28 de octubre de 2014

Cofradías y devociones

He encontrado diversas referencias a cofradías que existieron en Macharaviaya: la hermandad del Santo Cristo de la Yedra; la cofradía de Nuestra Señora del Rosario; y una hermandad de Ánimas de Macharaviaya.

La devoción al Cristo de la Yedra es muy antigua. La tradición cuenta que el cuadro original estuvo escondido en una cueva durante los años de ocupación árabe en España (una leyenda quizás, que se repite en otros lugares de España). Dicho cuadro suscitaba mucho fervor en el siglo XVIII y los Gálvez querían que tuviera una lámpara de aceite encendida permanentemente.

Dos de las acciones del Banco de España propiedad de la Junta de Escuelas y Banco Agrícola de Macharaviaya estaban a nombre de la Hermandad del Santo Cristo de la Yedra. Y los niños y niñas de las escuelas oían Misa ante el Cristo antes de examinarse para la entrega de los premios mensuales que otorgaba dicha junta, según recogen los propios estatutos de la fundación.

En 1873 diez arrobas de pan son repartidas a los pobres de Macharaviaya "en representación del Cristo de la Yedra", como parte de los festejos por la recuperación de las acciones del Banco de España.

El cuadro del Cristo de la Yedra se perdió en la Guerra Civil. En 1996, José Dueñas realizó una talla para la Parroquia de Macharaviaya, a la que se le puso la misma advocación.

La de la Virgen del Rosario es otra advocación muy arraigada en el municipio de Macharaviaya.

En el Archivo Temboury de la Diputación Provincial de Málaga, hay una anotación del investigador Juan Temboury que afirma que el pintor de imágenes Pedro Fernández del Villar, hizo una Virgen del Rosario para Macharaviaya en 1635.

En el siglo XVIII, Antonio de Gálvez y su mujer, Mariana Ramírez de Velasco fundaron una ermita dedicada a Nuestra Señora del Rosario, que estaba dotada con su propio capellán. E impulsó la cofradía del mismo nombre en Macharaviaya. Antonio de Gálvez dispone que se "saque el rosario públicamente", es decir, la realización de rosarios de la aurora públicos.

Un testimonio de esta hermandad de la Virgen del Rosario se conserva en la documentación de la Junta de Escuelas y Banco Agrícola de Macharaviaya: en 1874, la Junta abona a don José Sánchez Ríos, Hermano Mayor de la Cofradía de la Virgen del Rosario, el importe de “siete libras de cera gastadas sobre los restos del Excmo. Sr. Don José de Gálvez y su Señora madre, en el aniversario del día de difuntos”.

Esculturas de los Gálvez en el panteón.
Fotografía de Adolfo Fernández Casamayor, 1946.
Biblioteca Virtual de la Provincia de Málaga


La Virgen del Rosario es hoy la Patrona de Benaque y de la aldea de Vallejos. En Benaque -según nos informa don Juan Manuel González Postigo- existían tradicionalmente unos mayordomos de la Virgen del Rosario, cuyo cometido era recaudar un donativo que era pedido casa por casa, incluso visitaban a benaqueños que vivian en otros pueblos y en Málaga, con lo que recaudaban se hacia la función, que era como llamaban a la fiesta de la Virgen. En 1992 el Obispado de Málaga aprobó los estatutos de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario-Benaque.

Procesión de Nuestra Señora del Rosario, en Benaque
Fotografía: Amigos de Benaque


Procesión de la Virgen del Rosario en la aldea de Vallejos.
Fotografía: malagaes.com


Por último, diversas lápidas en el cementerio desvelan la existencia de una Hermandad de Ánimas en Macharaviaya que debió tener carácter de hermandad de entierro. Y que incluso, en el siglo XIX, tuvo una Hermana Mayor, doña María González de Ramírez, fallecida el 9 de abril de 1889. Su lápida conservada en el cementerio de Macharaviaya afirma: "Es propiedad adquirida de la hermandad de Ánimas de Macharaviaya de la que fue hermana Mayor".

El altar dedicado a las Ánimas en la iglesia de Macharaviaya era el primero de los altares laterales del lado derecho (lado de la Epístola) según se entraba al templo.

Algunos de los nichos de la Hermandad de Ánimas, conservados en el cementerio de Macharaviaya:



domingo, 18 de mayo de 2014

El pequeño Madrid

El diario La Opinión, de 5 de mayo de 2014, publica un artículo de don Juan Antonio García Galindo, catedrático de periodismo de la Universidad de Málaga, que transcribimos:

La Opinión
Allí donde el sistema Penibético ya otea cercano el azul del mar Mediterráneo se yergue la antigua alquería árabe de Macharaviaya, que fuera fundada como villa en 1572. Enclavada entre suaves colinas, otrora pasto de la filoxera, Macharaviaya descansa su rico pasado histórico sobre un hermoso balcón natural situado apenas a 7 kilómetros de la costa axárquica malagueña. Con una población de apenas 500 almas, el legado macharatungo a la historia de Málaga y su provincia no deja de ser espectacular y, sin embargo, lamentablemente desconocido todavía para muchos. A tan solo 25 kilómetros de la capital de la Costa del Sol, Macharaviaya sigue siendo afortunadamente un remanso de tranquilidad, donde escritores y artistas encuentran el sosiego necesario para el trabajo creativo. Pero la villa, y sus anejos de Benaque y Vallejos, ocupan por mérito propio un lugar privilegiado en la historia política y cultural de Málaga, y lo que es más importante en la proyección internacional de nuestro pasado. José de Gálvez, Matías de Gálvez, Bernardo de Gálvez, María Rosa de Gálvez, Francisco de Cabrera, Salvador Rueda, Robert Harvey, son, entre otras personalidades nacidas o de adopción, hijos del municipio de Macharaviaya, cuya obra política o cultural ha engrandecido la historia de estas tierras, a mayor gloria de la historia de España. Pero ha sido gracias a quienes han sabido reconocer sus aportaciones, que sus obras hayan adquirido la dimensión que se merecen. Amparo Quiles, Mª Isabel Jiménez, Marion Reder, Manuel Olmedo, Aurora Luque, José Luis Cabrera son, también entre otros, los estudiosos que han sabido poner de relieve con el rigor del investigador la importancia de aquellas figuras tan relevantes, artífices del renacimiento macharatungo. Bajo el reinado de Carlos III, y por influencia de los Gálvez se construyeron en Macharaviaya sus edificios e instituciones más representativas: la Real Fábrica de Naipes, creada en 1776; la Fundación de Escuelas y Banco Agrícola, constituida en 1783; o la iglesia de San Jacinto, construida en 1785 sobre las ruinas de otra iglesia del siglo XVI, y bajo la cual se encuentra la Cripta-Panteón de Los Gálvez.

Como consecuencia de esta transformación urbana se produjo el auge económico y comercial de la villa durante el último cuarto del siglo XVIII y las primeras décadas del siglo XIX, unido a una floreciente agricultura vitícola, y a la atracción que suponía ser la cuna de una aristocracia reconocida en todo el reino, protagonista de la aventura americana y de su independencia. Todo ello hizo que por su actividad se denominara a Macharaviaya como El pequeño Madrid, un lugar en la España de los Borbones que era puente con los recién nacidos Estados Unidos de América. Tras una larga decadencia, la villa recupera hoy su importancia reivindicando su historia como su principal factor de desarrollo. En esa historia se encuentra su peculiar impronta, la de una huella que atraviesa el Atlántico y donde se ve correspondida. Desde 2011, en que se produce el hermanamiento con la ciudad norteamericana de Pensacola, las relaciones entre las dos ciudades han ido en aumento. Y desde el pasado año, Pensacola celebra el Galvez Day cada 8 de mayo para conmemorar la contribución de Bernardo de Gálvez a la independencia de los Estados Unidos. Estas relaciones pueden ser admiradas en el Museo de Los Gálvez de Macharaviaya, que desde que abrió sus puertas en 2005, está dedicado a la historia de la villa y a la de la familia Gálvez. Contuvo en su momento este museo una sala dedicada al pintor norteamericano Robert Harvey, afincado en Macharaviaya durante 30 años, donde murió en 2004, que debería recuperarse. La casa natal del poeta Salvador Rueda en Benaque es otra muestra de la riqueza cultural del municipio. Cedida por la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo en 1994 al Ayuntamiento de Macharaviaya, ha sido conservada por éste desde entonces como Casa Museo. Seguidor de la estética de Rubén Darío, Salvador Rueda es otro de los grandes exponentes del modernismo y nexo con la literatura hispanoamericana. América una vez más.

El eco americano es en Macharaviaya de ida y de vuelta. La importante actividad de difusión y de divulgación de la Asociación Bernardo de Gálvez y de la Asociación de Granaderos y Damas de Gálvez de Macharaviaya ha contribuido, desde el reconocimiento de la figura de Bernardo de Gálvez, a reforzar los lazos históricos y culturales entre las dos orillas del océano. Pero ha sido, sobre todo, la voluntad de todo un pueblo por recuperar su legado lo que ha devuelto a Macharaviaya su lugar en la historia, su lugar en el mundo. La cohesión social en torno al proyecto de hacer honor a la figura de Bernardo de Gálvez, y a su contribución a la historia norteamericana, desde su lugar de nacimiento, ha sido ejemplar y sin fisuras. Firmemente convencido, el trabajo incansable del alcalde de la Villa, Antonio Campos Garín, se ha visto recompensado por la reciprocidad de las autoridades del otro lado del Atlántico, sobre todo del alcalde de Pensacola, Asthon Hayward, y de la vicecónsul honoraria de España en Pensacola, María Dolores Davis. Impulsores todos ellos de este importante proyecto. Macharaviaya ya no está sola, como lo estuviera Bernardo de Gálvez frente a los ingleses. Con ella, con todo su pueblo, y con su ayuntamiento, existe ya una opinión pública conocedora de sus valores y de su aportación histórica. El pasado día 26 de abril, Macharaviaya saltaba a las primeras páginas de la prensa provincial con motivo de la celebración el día anterior del Día de la Provincia de Málaga. Bajo la presidencia de la Diputación Provincial de Málaga, y con asistencia de las autoridades locales y provinciales, la iglesia de San Jacinto acogió la entrega de las Medallas de Oro de la Provincia, y se convirtió en el escenario principal de esta efemérides. Fuera, en la plaza Matías de Gálvez, la figura en bronce del Virrey de la Nueva España y gobernador de Louisiana, obra de Jaime Pimentel, es el testigo mudo del renacer del pequeño Madrid y la muestra más palpable de la recuperación de una parte fundamental de su memoria histórica.

*Juan Antonio García Galindo es catedrático de Periodismo de la Universidad de Málaga.
La iglesia, junto a los edificios que formaron parte de la Real Fábrica de Naipes

domingo, 11 de mayo de 2014

Robert Harvey

Nacido en 1924 en Lexington, Carolina del Norte, desde niño tuvo clara su pasión por la pintura, que le llevó a estudiar bellas artes en Sarasota y San Francisco. Casado con Flora Pennington, enviudó con tan solo 30 años. Decidió abandonar Estados Unidos, por miedo de que a su hijo Marc lo alistaran en la guerra de Vietnam. Vivió en Tánger donde conoció a la generación beat y fue gran amigo de la multimillonaria Barbara Hutton, con la que -según me contó- atravesó España, viajando en dos automóviles (uno para ellos y otro para el equipaje y las doncellas).

Tras residir en diversos países, se afincó en 1973 en una antigua casa -la Huerta del Ángel o de don Matías, llamada así por haber pertenecido al virrey Matías de Gálvez- en las afueras del tranquilo pueblo de Macharaviaya. Restauró la vivienda con esmero y vivía integrado en la vida rural, pero viajaba ocasionalmente a Estados Unidos para ver a sus amigos, entre ellos personalidades como Vincent Price, Eva Marie Saint, Lawrence Ferlinghetti, Tony Randall.

Robert Harvey, Primavera en Macharaviaya, acrílico sobre lienzo, 2002
Su casa estaba siempre abierta: nunca faltaban una buena conversación y una botella de ginebra.

Su pintura, muy influencia por el pop-art, el cine y la fotografía, ha sido objeto de numerosas exposiciones. Fallecido en Macharaviaya en 2004, sus numerosos amigos mantienen su recuerdo y su legado artistico.

Enlazo un vídeo realizado por Quijada producciones:

martes, 6 de mayo de 2014

Los Gálvez y Torremolinos

La familia Gálvez de Macharaviaya fue propietaria de numeros bienes, entre ellos unos cortijos situados en el municipio malagueño de Torremolinos. Reproduzco parcialmente, un artículo que publiqué en el semanario Torremolinos Información. Es interesante ver el sentido de clan familiar que tuvieron los Gálvez, y cómo la escritora María Rosa de Gálvez, sobrina del marqués de la Sonora y prima-hermana del virrey Bernardo, participaba plenamente de los acontecimientos y negocios de la familia.
Fue el coronel don Antonio de Gálvez, Comandante de la Bahía de Cádiz, el que adquirió dos fincas en Torremolinos: los cortijos del Pilar y de Sturla, entre los partidos de Arraijanal y el propio Torremolinos.
El cortijo del Pilar fue adquirido por don Antonio el 7 de junio de 1785. Lindaba con tierras del convento de San Bernardo, cortijos de Limonar y de la Torre, tierras de los Cardos y cortijo de Sturla.
El cortijo de Sturla, llamado también de Lucena, estaba situado en la parte de levante respecto del Arroyo por donde vienen las aguas de los Molinos del Gazpacho y Arzanla. Lindaba con el cortijo del Pilar, tierras de doña Micaela Borrego (Tomillares),  de los herederos de doña María de Flores, cortijo de la Torre y camino de Torremolinos. Tenía casa, huerta, tierras de riego y de secano, tres hazas de tierra y el molino harinero de San Francisco Javier. Fue adquirido por Antonio de Gálvez el 14 de junio de 1786.
Don Antonio cedió en 1790 el uso de ambos cortijos a su hija adoptiva –tenida por hija natural- doña María Rosa de Gálvez y a su marido don José de Cabrera. No obstante, a la muerte de Antonio de Gálvez en 1792, su hija recibe otros bienes. Y los cortijos de Torremolinos pasan en herencia a María Josefa de Gálvez, segunda Marquesa de la Sonora, sobrina de don Antonio.
Doña María Josefa, hija del Ministro José de Gálvez, estaba casada con el Conde de Castro-Terreño, gentilhombre de Cámara del Rey Carlos IV. La guerra de la Independencia paraliza toda actividad legal, y no se instituyen herederos hasta diciembre de 1816.
Al año siguiente falleció en Madrid, muy joven, la II Marquesa de Sonora, sin hijos, y como su prima María Rosa había muerto también sin descendencia en 1806, sus bienes pasan a los hijos de su difunto primo el Virrey Bernardo de Gálvez, ya que debían permanecer en la familia Gálvez y no podían ser heredados por los cónyuges.
Los hijos de Bernardo de Gálvez, que llegan a edad adulta, fueron dos: doña Matilde y don Miguel de Gálvez y Saint-Maxent.
Detalle de un grabado de 1790. Miguel de Gálvez y Saint-Maxent y sus hermanas 
Adelaida d´Estrehan y Saint-Maxent (hermana de madre) y Matilde de Gálvez y Saint-Maxent
Don Miguel de Gálvez, segundo Conde de Gálvez, era afrancesado y había seguido las banderas de José I Bonaparte. Tras la expulsión del rey intruso, Miguel debe exiliarse y los cortijos de Torremolinos son incautados por el gobierno. Doña Matilde, ya tercera Marquesa de la Sonora, comparece en julio de 1817 y reclama la administración de sus bienes y los de su hermano.
Doña Matilde de Gálvez, casada con el mariscal de campo Raimundo Capece Minutolo, hijo de los Príncipes de Canosa, pasa a residir a Nápoles. Don Miguel estaba exiliado en París, donde llegó a estar arrestado. La partición de la herencia entre los dos hermanos se hace, mediante apoderados, en 1821.

Finalmente Miguel de Gálvez es perdonado y regresa del exilio. Los múltiples viajes han ocasionado cuantiosas pérdidas, viéndose obligado don Miguel a “vender por pura necesidad los bienes libres que en aquellos puntos le correspondan, provenientes del señor don Antonio de Gálvez, su tío, que previno que pudiesen enajenarse por sus herederos teniendo necesidad para ello”, como declara en una escritura de 1822. Miguel de Gálvez hace referencia en los documentos a haber fallecido "mis tías María Josefa y María Rosa de Gálvez". 
¿Llegó a hacerse efectiva la venta? podemos ponerlo en duda, ya que del año 1838, el Diario de Madrid (2 de diciembre) publica una subasta de bienes ordenada por el Juez de Primera Instancia don Miguel María Durán en la que, para pago de acreedores, se venden una serie de fincas que pertenecieron a los Gálvez:

- Un lagar nombrado de Linares al partido de Campanillas, término de la villa de Almogía, retasado en la cantidad de 153,530 reales,
- Un cortijo nombrado del Pilar, en el partido del Arraijanal, término de la población de Torremolinos, valorado nuevamente en la suma de 76,350 reales.
- Otro cortijo llamado de Gálvez en las Rosas de Velez, en los partidos de Periana y la Viñuela, retasado en 69,930 reales.
- Una huerta nombrada la Quinta de los Ángeles ó de Don Matias, situada en la inmediación de Macharaviaya y su término, al partido del arroyo de Iberos, valorada en la cantidad de 34,187 reales 11 mrs. y un tercio.
- Una casa con su portal accesorio, sita en la calle del Muro de Santa Ana , ó callejuela de la Acequia de la ciudad de Málaga, número 33 de la manzana 83, retasada en 36.126.

Endogamia

Por ser un municipio con muy pocos habitantes y relativamente aislado, los macharatungos tuvieron, y aún tienen, una gran endogamia: se casaban entre ellos. Los mismos apellidos se combinan durante generaciones: Abolafio, Aponte, Aragonés, Aranda, Arias, Cabrera, Claros, Escaño, Gallardo, Gálvez, Madrid, Marfil, Martín, Postigo, Ramos, Ramírez, Rueda,  Ruiz, Tovar, Valderrama, etcétera.

Este tema nos sirve de introducción a esta fotografía de mis abuelos, Carmen y Antonio. La endogamia se mantenía incluso entre las familias macharatungas que habían emigrado pero seguían tratándose.


Antonio Cabrera Giménez nació en Fuengirola (Málaga) el 22 de enero de 1901; hijo de Francisco Cabrera Abolafio y de María Giménez Ríos, naturales también de Fuengirola. Sus abuelos paternos, sin embargo eran Antonio Cabrera Marfil y Josefa Abolafio Marfil, naturales de Macharaviaya.

Su esposa Carmen Muñoz Martín nació en La Línea (Cádiz) el 1 de julio de 1903; hija de Cayetano Muñoz Arriado y de Carmen Martín Ramos, nacidos también en La Línea. Pero sus abuelos maternos eran José Martín Fernández (según memoria familiar, alcalde de Macharaviaya) y Ana Ramos Díaz, naturales ambos de Macharaviaya. 

El de mis abuelos se trató de un matrimonio entre miembros de dos familias macharatungas que ya llevaban dos generaciones fuera del pueblo. 

Recuerdo que esta página está abierta a pequeñas historias como éstas, que alguien quiera publicar.

martes, 29 de abril de 2014

La iglesia de San Jacinto

La iglesia de Macharaviaya tiene como titular a san Jacinto y fue edificada en 1785 por el arquitecto Miguel del Castillo, con los beneficios de la Fábrica de Naipes y caudal personal de los Gálvez; se levantó sobre las ruinas de una antigua iglesia del siglo XVI.
La parroquia de Macharaviaya era considerada la más rica de la diócesis, por los cálices, copones y custodias de oro y plata, un gran sagrario de plata, imágenes, cuadros y ornamentos bordados con los que había sido dotada por los hijos más ilustres de la villa, los Gálvez.

(fotografía 2014)
En el año 1850 el diccionario geográfico de Pascual Madoz describe el "lujo y buen gusto de todo este singular templo". De todo este rico patrimonio se conserva un exhaustivo listado realizado en 1928 por el párroco don Sebastián Rodríguez Fernández. Casi todo se perdió en la Guerra Civil, incluidos los libros del archivo parroquial que contenían la memoria de los habitantes de Macharaviaya.

Imágenes de la iglesia antes de la Guerra Civil

Cuadro que representaba los Desposorios de la Virgen
Detalle que refleja la magnificencia que tuvo el templo,
incluídas pequeñas tallas en madera adornando los altares


El patrón de Macharaviaya es San Bernardo. La siguiente fotografía, cedida por la familia Ramos, muestra la primitiva imagen de San Bernardo de Claraval con la iconografía propia del santo: el hábito cisterciense, el báculo de abad y un libro. Las magníficas andas en las que se procesionaba eran de plata y, como puede verse, llevaba en su frontal el escudo de la familia Gálvez. Imagen y trono se perdieron en la guerra civil.


Como edificio más singular de todo el municipio, el templo no solo alberga funciones religiosas, sino que acoge hoy ocasionalmente actos institucionales y culturales; por ejemplo la representación de la ópera Bión, de María Rosa de Gálvez; un concierto de la cantante Martirio, vecina también de Macharaviaya; o la celebración, en este año de 2014, de los actos del Día de la Provincia de Málaga.

(Fotografía 2014)
Capiteles en la portada de la iglesia (fotografía 2014)

sábado, 26 de abril de 2014

Celebración del día de la Provincia

Por unas horas, el pasado 26 de abril, Macharaviaya volvió a recuperar la impronta de "pequeño Madrid" que tuvo  en el siglo XVIII. La elección del municipio para la celebración del Día de la Provincia de Málaga convocó a las principales autoridades provinciales y a un buen número de ilustres invitados.

El acto, con el que se pretendía rendir homenaje al virrey Bernardo de Gálvez, se celebró en la Iglesia Parroquial de San Jacinto, en Macharaviaya. 

Las fotografías las he tomado del diario La Opinión.


miércoles, 23 de abril de 2014

Día dedicado a Bernardo de Gálvez

El pasado 22 de abril de 2014 la provincia de Málaga rindió homenaje a un ilustre macharatungo, don Bernardo de Gálvez, teniente general, primer conde de Gálvez y virrey de Nueva España. Por la mañana se presentó el retrato del general realizado por el pintor Carlos Montserrate y que aspira a figurar en el Congreso de los Estados Unidos, por su contribución a la independencia norteamericana. Es copia de un óleo atribuido a Maella, propiedad de la familia De Haya Gálvez.

Carlos Monserrate y su retrato de Bernardo de Gálvez.
Fotografía del diario La Opinión de Málaga
Por la tarde se descubrió la nueva escultura en bronce del virrey, donada por la Diputación Provincial de Málaga al municipio de Macharaviaya. El acto contó con la presencia del delegado del gobierno en Málaga, del presidente de la diputación provincial y del alcalde de Macharaviaya entre otras autoridades, así como el autor de la escultura, Jaime Pimentel.




domingo, 20 de abril de 2014

Ángel Gallardo

Tratamos hoy a un ilustre argentino, pero de ascendencia macharatunga: don Ángel Gallardo Lebrero. Reputado científico, que fue rector de la Universidad de Buenos Aires, director del Museo Nacional de Historia, catedrático de Ciencias Médicas, presidente del Consejo Nacional de Educación, embajador argentino en Italia, ministro de Relaciones Exteriores y doctor honoris causa en varias universidades europeas. 

Su bisabuelo Félix Antonio Gallardo Aragonés, natural de Macharaviaya y bautizado en su iglesia en 1766, era ahijado de Antonio de Gálvez, y su sobrino. Fue de esos macharatungos que obtuvieron empleos gracias a los famosos Gálvez. Fue Oficial de la Contaduría General del Ejército y Real Hacienda; casó el 26 de marzo de 1792 en Buenos Aires con Paula Planchón Illarradí. 

Fueron padres de José María Gallardo Planchón (Buenos Aires 1797-Montevideo, Uruguay 1841), comerciante y director del Banco de las Provincias Unidas del Río de la Plata, casado con Ángela Lebrero Castaño.

Padres a su vez del ministro Ángel Gallardo Lebrero, nacido en Buenos Aires el 19 de noviembre de 1867. 

Ángel Gallardo Lebrero, con uniforme diplomático
Coincidiendo con su etapa de Ministro de Relaciones Exteriores (entre 1922 y 1928), visitó España, y acudió a Macharaviaya, junto a su esposa y un hijo, a conocer la tierra de sus antepasados, el 13 de noviembre de 1927. En sus memorias ha dejado testimonio de la visita:
A unos 30 kilómetros de Málaga y después de pasar una estación cuyo nombre árabe no recuerdo se toma el cauce de un río constituido por cantos rodados que permiten el paso del automóvil y se remonta por ese cauce hasta llegar a la confluencia de dos afluentes. En el promontorio formado entre los dos afluentes está edificada la aldea de Macharaviaya, a la que se accede por un sendero empedrado muy pendiente y resbaloso. Se llega así a la calle principal sobre la cual da el costado de la iglesia, bastante importante, que tiene al frente una plazoleta. Penetramos en la iglesia y conversamos con el cura. Descubrimos allí que el gran hombre de Macharaviaya, y constructor de la iglesia, es don José de Gálvez y Gallardo, ministro de Indias de Carlos III... lo que le valió el título de marques de la Sonora. En los libros parroquiales encontré la partida de nacimiento de mi bisabuelo Félix Gallardo y de algunos de sus antecesores hasta mil seiscientos y tantos.
Don José de Gálvez era tío de don Félix y seguramente fue él quien lo envió a Buenos Aires como oficial de la Real Hacienda, pues protegía mucho a sus compatriotas. No solamente había construido la iglesia, sino una fábrica de naipes (hoy arruinada), a la que le había concedido el privilegio de fabricar todos los naipes destinados a América. Vimos la casa de don José de Gálvez, de altos y medio arruinada.
La iglesia es bastante amplia, del estilo de las iglesias de Buenos Aires construidas en el siglo XVIII. Tiene unos hermosos cuadros de la escuela sevillana. En la sacristía hay un retrato de don José de Gálvez y en la cripta de la iglesia vimos su tumba, así como la de su esposa y de muchos Gallardo. En la iglesia hay un escaño de la familia Gallardo con el nombre esculpido en el respaldo. También vimos muchos Gallardos vivos, viejos, jóvenes y niños. El Alcalde era Gallardo y Gallardo. En el tesoro de la iglesia hay magníficos ornamentos regalados por don José de Gálvez. Luis
(hijo de Ángel Gallardo) subió a la parte más alta del pueblo, de donde arrancaba una carretera de montaña que iba a Málaga y que fue construida por don José de Gálvez, como lo recuerda una columna que da los detalles de la construcción de esa carretera, hoy inutilizada, por estar cortada en varias partes. Macharaviaya está en completa decadencia. El alcalde me dijo que ha tenido unas 300 casas, mientras ahora solo alcanzan a 30 las habitadas. Todas las demás están arruinadas y de algunas solo subsisten los cimientos. Poco a poco se fue reuniendo todo el vecindario a nuestro alrededor y sacaron los muchachos varias fotografías de nuestros parientes desconocidos. A Peracha (mote familiar de la esposa de Ángel Gallardo) le interesó muchísimo esta visita y quería traerse el escaño de los Gallardo, pero no le fue posible vencer los escrúpulos del cura. Interesadísimos con esta extraña visita, regresamos a Málaga a almorzar.
Pasada esta visita, el ministro explicó al diario La Voz, de Córdoba, lo satisfecho que estaba con la documentación que había encontrado en la iglesia parroquial de Macharaviaya.
Al año siguiente, en 1928, cura-ecónomo de Macharaviaya, don Sebastián Rodríguez Fernández, escribe a Ángel Gallardo para solicitarle un donativo para las reparaciones de la cubierta de la iglesia; desconozco si recibió respuesta.

Ángel Gallardo, en el centro, en su visita Macharaviaya,
junto al alcalde Patricio Claros y otras autoridades (año 1927).
Fotografía cedida por la familia Ramos

De su matrimonio con Dalmira Cantilo Ortiz Basualdo, tuvo seis hijos: Ángel, Beatriz, María Teresa, Guillermo y Luis Gallardo Cantilo. 
Falleció en Buenos Aires el 13 de mayo de 1934.

Nota: A pesar de que Ángel Gallardo afirma en sus memorias que el alcalde era Gallardo Gallardo, en ese año en realidad era Patricio Claros Ramírez, con quien aparece en la fotografía.

Fuentes:
A. Gallardo Lebrero, Memorias de Ángel Gallardo.
J.L. Cabrera Ortiz, La Fundación de Escuelas y Banco Agrícola de Macharaviaya.
L.R. Pérez Calvo y L.S. Pérez Colman, artículo "Los Ezeyza".

sábado, 19 de abril de 2014

Árbol genealógico Cabrera-Gálvez

Es difícil a esta altura encontrar un nuevo documento genealógico relacionado con los célebres Gálvez de Macharaviaya, aunque sea un documento privado como éste. Ha sido encontrado por mi prima Dª Concepción de Rueda Escardó (descendiente de María Cabrera Valderrama) en su archivo familiar.

Se trata de un árbol genealógico que parte de los Cabrera y se divide en dos ramas. Está realizado en 1906 y lleva el nombre de Árbol genealógico de la familia De Rueda e Ibáñez, Cabrera y Ruiz Díaz de Padilla y Valderrama de Guevara. Aclaro, que Caballeros XXIV son los Regidores Perpetuos de la Ciudad de Córdoba, llamados así por ser su número el veinticuatro regidores. Algunos apellidos cambian su orden comparándolos a los árboles genealógicos habituales de los Gálvez, algo usual en su época; los propios Gálvez los cambiaron. 

El Caballero XXIV y Caballero del hábito de Santiago, don Gonzalo de Cabrera casado con doña Beatriz de Angulo.
El Caballero XXIV don Alonso de Cabrera, casado con doña Leonor de Acevedo.
El Caballero XXIV don Gonzalo de Cabrera, casado con doña María de Guevara.
El Capitán don Fernando Antonio de Cabrera, casado con doña Catalina Urraco.
El Jurado don Francisco Antonio de Cabrera, casado con doña Juana Gómez Jurado.

Línea 1)
Don Francisco Antonio de Cabrera, casado con doña Ana Serrano y Jiménez Ureña.
Don Francisco Antonio de Cabrera, casado con doña María Martín Escaño.
Don Joaquín María de Cabrera, casado con doña María Josefa Benítez.
Don José María de Cabrera, casado con doña María Valderrama.
Doña María de Cabrera y Valderrama, casada con don Blas de Rueda y Díaz.
Don Félix de Rueda y Cabrera, casado con doña María D. de Ibáñez y Ruiz.
Don Félix de Rueda e Ibáñez.

Línea 2)
Doña Catalina de Cabrera y Gómez-Jurado, casada con don Matías de Madrid y Gallardo.
Doña Ana de Madrid y Cabrera, casada con don Antonio de Gálvez y García.
Don Matías de Gálvez y de Madrid, casado con doña Josefa de Madrid y Gallardo.
Don Bernardo de Gálvez y de Madrid, I Conde de Gálvez.


miércoles, 16 de abril de 2014

Antonio Losada

El guitarrista Antonio Losada Pérez nació en Benaque (pedanía de Macharaviaya) el 15 de septiembre de 1940. Su afición a la guitarra venía de su padre, Antonio el "Quintón", que tocaba la guitarra en las fiestas de verdiales. En épocas pasadas Benaque reunía un considerable número de "fiesteros" que tocaban y cantaban con maestría ese extraordinario patrimonio de nuestro folclore que son los verdiales. El Rufo, que fue el mejor violinista; Antonio Chucho, Paco Chucho, Paco Bastián, Ballesteros, El Rosco, El Calichi; Ana Cisneros, la hija de Diego, que cantaba extraordinariamente, etcétera.

Antonio Losada era, como hemos dicho, hijo de Antonio Losada y de Josefa Pérez.

Antonio Losada con La Niña de la Puebla

Como relata el blog Calle Ancha:
Antonio Losada se inicia en el acompañamiento al cante flamenco en la Peña Juan Breva de Málaga. Actuó en el Circo Price de Madrid y en varios Tablaos de Flamenco, al mismo tiempo que acompañó a un gran número de cantaores, sobre todo de Málaga, en diferentes peñas de la provincia, grabaciones y festivales.

El 16 de marzo de 2013 falleció este extraordinario guitarrista. 

Recibió un homenaje póstumo el 22 de marzo de 2014, en el Centro Cultural Provincial de la Diputación Provincial de Málaga, que contó con la participación de la Diputación Provincial, los Ayuntamientos de Macharaviaya y Málaga, la Universidad, la Federación Malagueña de Peñas, etc. Y al que asistieron su viuda, Concepción Villalba Díaz y familiares.

Una Peña Flamenca con su nombre ha sido inaugurada en el municipio de Macharaviaya, el 1 de marzo de 2014. Enlace

Fotografía: Ayuntamiento de Macharaviaya

Hemos encontrado un vídeo de homenaje a Antonio Losada que contiene numerosas imágenes: Youtube

lunes, 14 de abril de 2014

Semana Santa a recuperar

Macharaviaya contó con sus propias procesiones de Semana Santa, que se perdieron desde la Guerra Civil.

El sacerdote don Leonardo Molina García, SJ, afirma en su libro Historia de Macharaviaya:
El Jueves Santo procesionaban las imágenes de Jesús Nazareno, la Virgen de los Dolores, la Santa Mujer Verónica y san Juan Evangelista. Al día siguiente, después de la adoración al Santísimo, toda la noche velado por la Adoración Nocturna, sacaban de nuevo la Virgen de los Dolores y el Santo Sepulcro llevado por doce apóstoles. Cada uno de los miembros de la Asociación piadosa portaba los signos correspondientes a la pasión: clavos, escalera, pan, agua, corona de espinas, etc. La cruz parroquial, revestida de curiosos faldones hexagonales, figuraba en el cortejo. Muchas saetas acompañaban la procesión que se desarrollaba en el más absoluto silencio.
Ha quedado testimonio gráfico de la procesión del Viernes Santo, que salía de la iglesia parroquial de San Jacinto, en Macharaviaya, y llegaba hasta el calvario. Las imágenes nos permitirán reconstruir los elementos principales:

La procesión se celebraba el Viernes Santo. Las imágenes que se procesionaban eran un Santo Entierro y una Dolorosa; detrás de la Virgen iba la cruz con la manga parroquial negra, y el sacerdote revestido con capa pluvial del mismo color, propios del Viernes Santo. Curiosamente la procesión no salía -al menos en esta imagen- de la puerta principal de la iglesia, sino del lateral.



Flanqueando al guardia civil con uniforme de gala, vemos a dos "apóstoles", con grandes caretas, una tradición conservada en muy pocos pueblos. Estas máscaras impresionantes y algo toscas son un ejemplo de tradiciones populares, posiblemente adoptadas en el siglo XVIII; en Macharaviaya eran al parecer de cerámica y llevaban pelo hecho con esparto; las máscaras las tenían en propiedad distintas familias que las transmitían a sus hijos. A la derecha del monumento se ven otros apóstoles, uno de ellos con la máscara levantada.


El uso de caretas o "rostros" en Semana Santa -en procesiones o en representaciones de la Pasión- era propio de Macharaviaya y también de otros pueblos malagueños, como relata un artículo del diario La Opinión
"Estos «rostros estaban fabricados con cartón piedra, policromados con todo detalle y con las cuencas de los ojos vacías. Encima de la cabeza llevaban una media luna de hojalata a modo de nimbo, dónde se podía leer el nombre del apóstol. De allí emanaba una larga melena realizada de pita, teñida de negro o de gris dependiendo del personaje, con bucles grandes, una imagen muy propia del XVIII que recuerda la estética del mismo siglo.
En el caso de los apóstoles, cada rostro era totalmente diferente en sus expresiones y además cada uno de ellos delataba su edad. San Juan rebosaba juventud, poca barba o bigote. En los más mayores incluso podíamos apreciar su experiencia".
En la localidad de Frigiliana se ha conservado la procesión con las máscaras originales del siglo XVIII:

Enlace fotografía
Esta es la única máscara antigua que se conserva en el pueblo de Alozaina (las que ahora se procesionan están realizadas en los años 80):


El último número de la revista Jábega, publicado por la Diputación Provincial de Málaga, trae en su portada las máscaras de Frigiliana. En uno de sus artículos, anima a la recuperación de estas señas de identidad:


Volviendo a Macharaviaya, los portadores de los pequeños tronos llevaban horquillas, de forma similar a las horquillas usadas en procesiones rurales de otros lugares de España. Sin duda una forma de guardar el equilibrio en las cuestas y el pavimento irregular, y para sostener el trono en las paradas.


Vestidos con túnicas que no parecen de color negro; ¿moradas quizás? Llevan "faraonas" cubriendo la cabeza; aunque en la primera fotografía uno lleva también cubierto el rostro por una capucha o capillo. Por  los trajes y corbatas que llevan debajo de las túnicas parecen hombres de una cierta categoría social en el pueblo.


Al igual que en otros lugares, sería deseable una recuperación de la procesión del Viernes Santo en Macharaviaya. Y esta recuperación no debe pretender imitar modelos procesionales de Málaga capital, sino recuperar las señas de identidad de lo que fue la Semana Santa macharatunga. Un cortejo sobrio, con unas andas pequeñas. Con la sencillez y el señorío propio de Macharaviaya.

De las dos únicas imágenes antiguas que alberga la iglesia de Macharaviaya, hay una pequeña Dolorosa que se conserva en una vitrina. Procesionándola se recuperaría un desfile propio del Viernes Santo. ¿La imagen es excesivamente pequeña? posiblemente, pero también podría dársele más altura con una peana y un vestido largo y sus andas requerirían muy pocos portadores. Imágenes aún más pequeñas se procesionan, como la Virgen de Porticate, de Yunquera.

Los Apóstoles con sus máscaras (en otros pueblos se les denomina carátulas o rostrillos) y velas, y las correspondientes túnicas para portadores y apóstoles serían la única inversión necesaria. Podría completar la procesión un monaguillo o acólito con la cruz parroquial con manga negra, y dos ciriales (que existen en ala iglesia) quizás acompañado de otros niños vestidos de monaguillos.

Como curiosidad, añado esta fotografía, gentileza del Ayuntamiento de Macharaviaya. Posteriormente a la Guerra Civil se hizo en el pueblo alguna representación de la Pasión:


Quien sabe si algún día no muy lejano, Macharaviaya vuelve a tener su "Semana Santa".